La Nau 2, una nave industrial, desnuda y de gran altura, es el espacio que acoge el trabajo de la compañía La Corcoles. Un cable suspendido a 3 metros de altura y un balancier es todo lo que necesita la funambulista para preparar y ensayar sus espectáculos. Mariona Moya, la intérprete de la compañía, entró en El Canal con la coproducción Carena a finales del 2022. Desde entonces, el artista y el resto de integrantes de la compañía han ido trabajando en esta pieza con una sorpresa: han acabado naciendo dos espectáculos. Carena, aún no terminada ni estrenada, y H, una segunda pieza ya terminada surgida de un número corto que tenía la compañía para llevar a inauguraciones y otros eventos, y que, a medida que ir estirando para hacerlo más largo y ajustarse a los tempos que se le pedían, acabó saliendo una pieza nueva y entera. “Al final, la residencia aquí en El Canal ha servido para que nacieran dos espectáculos. Ahora convivo girando H mientras todavía creo a Carena. Son dos proyectos que se dilatan en el tiempo. Está siendo largo porque es como un descubrimiento también dentro de la disciplina”, explica Moya.

Y es que cuando la compañía entró en El Canal para trabajar Carena ya presentió que la pieza requeriría mucho más tiempo de lo previsto: “Teníamos que respetarle el tiempo que necesitaba en la pieza, que era este año y medio más o menos”, afirma Moya. Este tiempo lo han podido tener gracias a esta residencia en el centro de Salt. Se trata de una pieza donde el artista se lo trabaja todo sola: generar el material, crear un vocabulario coreográfico y hacer una investigación. “Está siendo un proceso realmente largo. Es una pieza de 45 minutos en la que estoy sola en escena, pelada, sin una cortina donde esconderme. Es laborioso”, explica Moya.

Mariona Moya es artista especializada en el equilibrio sobre cable tenso desde 2009, año de la creación de la compañía La Corcoles. El artista empezó con una estructura pequeña, sin barra, a dos metros de altura. «Más adelante descubrí el funambulismo y me enamoré mucho», afirma el acróbata. Este enamoramiento la llevó a trabajar por otras compañías por Bélgica y Francia, donde estuvo seis años trabajando e investigando, interpretando y coreografiando. Ahora, después de una pandemia y una hija, está dando la vuelta a casa. “Vi que era el momento de volver a coger la compañía en formato solo y sacar a este Carena que, de hecho, yo ya llevaba años perseguiendo”, explica Moya.

Después de quince años de recorrido y de relación con el cable, ahora el artista mira hacia atrás y ve cómo ha cambiado su relación con él. La autoexigencia, el esfuerzo, el querer ser la mejor y creer que nunca eres suficiente marcaron sus primeros años de aprendizaje de la disciplina. Moya ha sido autodidacta y empezó tarde, lo que vivió durante mucho tiempo como una carencia. Ahora, sin embargo, se encuentra en la recta final y tiene claro que la disciplina del cable le acompañará tan sólo unos años más. Desde esta nueva postura, sabiendo que hay un final que se avecina, el artista lo ve muy diferente: “Hacer esta reflexión me ha liberado de toda esta autoexigencia y me ha empujado a decir ‘ahora haré lo que me apetece hacer, lo que sienta que quiero hacer, lo que tengo dentro, y lo soltaré y que pase lo que tenga que pasar’”, explica Moya. Con el tiempo, la relación del artista con el cable ha dejado de ser conflictiva para hacerse más fácil y sencilla. Sin embargo, los años pasan, y físicamente le duele más y le cuesta más que años atrás. “Antes me echaba horas y horas y días y días entrenando y ahora es diferente. Pero también soy más resolutiva”, afirma el artista. Sin embargo, la disciplina la tiene bien enamorada todavía hoy.

Tanto Carena como H son espectáculos de funambulismo y utilizan la misma estructura con pocas variaciones de altura y longitud. Pero son dos historias totalmente distintas. Así pues, con una disciplina y una estructura tan concreta, ¿cómo se cuentan dos historias diferentes, sin texto y sólo con el cuerpo? Éste ha sido el principal reto de la compañía, explica el artista, pero creen que lo han conseguido.

H se configura como un espectáculo muy fresco, fácil y para todos los públicos. Es el «sorbete de mandarina», en palabras del artista. El espectáculo, premiado como Mejor espectáculo de Circ de Carrer 2023 a los premios Zirkolika de Catalunya, gira en torno a la relación entre su herramienta, el balancier, y ella misma: “Es donde he estado atrapada durante estos 6 años, en descubrir qué tenía en las manos y qué me pasaba cuando le tocaba, cuando le desestabilizaba, cuando me lo apoyaba”, explica Moya. Al final, se dio cuenta de que la pieza no era un solo sino un dúo entre ella y el objeto, sin el cual el artista no podría estar encima del cable. Es un vals entre ambos, tanto físico como emocional: “Su peso me recuerda a mi hija cuando nació y eso me da una calidad de movimiento y una emoción que me llevan a algún sitio”, explica el acróbata. La pieza bebe mucho, por tanto, de una vivencia personal del artista.

En Carena, en cambio, se pone más a ella en el centro. En este espectáculo no hay uno, sino tres palos, cada uno con unas cualidades distintas. ‘Carena’ es el vértice donde la altura, el vértigo y el miedo aparecen. Es un tramo muy frágil y es aquí donde se posiciona el artista: “Hablo de un combate conmigo misma. La idea es probar para ver el miedo que me aparece, el riesgo, el vértigo, la fragilidad. Y a partir de ahí cómo lo afronto y cómo lo trabajo”. En esta prenda, la compañía se ayuda de otros elementos como una voz que sale proyectada por un altavoz y que pone palabras al pensamiento interno e introspectivo de la protagonista.

Sin embargo, en ambas piezas el artista ha tenido que trabajar como transmitir la emoción a partir de la disciplina del funambulismo. Y la respuesta la ha encontrado en el movimiento y en los símbolos: “A través del cuerpo, a través de los colores y imágenes sugestivas que pueden ser bastante claras. Estos elementos se van cruzando y van dibujando en este espacio escénico una iconografía y unos símbolos”, explica el artista. Esto da a la pieza múltiples capas de lectura: habrá quien irá más allá y percibirá todo ese imaginario y habrá quien se maravillará por la práctica del funambulismo y las acrobacias, una disciplina que atrapa muy fácilmente.

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17190 Salt, Girona

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